Esta típica legumbre de estación primaveral debe seleccionarse en el punto de venta por presentar vainas sanas, cerradas, sin manchas, con aspecto fresco de color verde intenso.
Al abrir las vainas, los granos deben estar bien formados y con tamaño uniforme y sano.
Son generalmente más dulces y con menos contenido calórico que las arvejas secas. La conservación es buena por varios días en heladera, en bolsas de nylon con pequeñas perforaciones. También admite congelarlas para su conservación.